sábado, 30 de junio de 2012

La muñeca del corazón de cristal.


La historia de Lullaby es difícil de contar. Lullaby no es una persona de carne y hueso, sino una simple muñeca de trapo. Su corazón nació débil, y con el paso del tiempo se congeló hasta convertirse en un fragmento de cristal.
Lullaby vive en la más profunda soledad. He visto horribles sufrimientos, sufrimientos que tan sólo podéis imaginar. Por eso, créanme cuando digo que la soledad que vive nuestra frágil muñeca de trapo es el peor tormento que nadie, ya sea humano o muñeco, puede soportar. 
Vive en una casa que cruje por el paso de los años. Solitaria, abandonada, tan sólo busca el calor de un hogar y el de un corazón que la quiera. Pero eso es un sueño inalcanzable. Las muñecas no deben soñar. Un día frío de invierno, Lullaby decide abandonar su confortable y triste hogar para marchar a tierras extrañas, en busca de la calidez del amor. Con su helado corazón de cristal en la mano, abre la puerta de madera de la casita transilvana. Pero el viento es demasiado fuerte y la tira con violencia. Una lágrima cae al suelo y lo tiñe de rojo. Ésto es solo el inicio de un calvario.
Poco a poco, nuestro personaje va caminando. Siempre hacia delante. Sube una colina, y se detiene para despedirse por última vez de aquella cabaña de madera que desde tiempos inmemoriales ha dado cobijo a un motón de muñecas como ella. 
Lullaby recuerda algo, y saca de entre uno de los pliegues de sus harapos un retrato, que mira con melancolía. Aquella anciana que la había querido como a una hija, que la había tejido aquel vestido que se negaba abandonar, a pesar de estar ya sucio y destrozado. Aquella anciana, que se había ido, hacía tiempo, y la había abandonado. Aquella mujer a la que jamás volvería a ver, porque, seamos realistas, los muñecos y los humanos conviven en un mismo mundo, pero cuando mueren van a universos paralelos.
Deja atrás su mundo y se adentra en las profundidades de lo extraño. Qué ha encontrado allí, es un misterio que todavía no os voy a resolver. ¿La acompañamos? Deja atrás tu hogar y adéntrate conmigo en el maravilloso mundo de lo imaginario.



Ally Maxwell.

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